Mezcla una cuchara sopera de miel con dos de almendras machacadas muy finas. Añádele media cucharadita de zumo. Frótate la mezcla suavemente por la cara y finalmente enjuágate con agua caliente. Olvídate de los brillos.
Para evitar los brillos de la cara cuece una patata, la pochas y le echas el zumo de un tomate. Luego póntelo en la cara hasta que se seque. Verás los resultados.
jueves, 10 de enero de 2008
Exfoliante facial casero
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