jueves, 10 de enero de 2008

Caída de los párpados

Cuando uno de los párpados cubre parcial o totalmente un ojo dificulta la visión, además de que da apariencia poco agradable. Sin importar las causas, la cirugía es la solución para reestablecer la condición normal del afectado y restituir su calidad de vida.

Se llama ptosis a la caída del párpado superior, la cual puede ser parcial o total, es decir, que cubra toda el área de la pupila. Dependiendo de su grado puede bloquear o dificultar la visión, por lo que su pronóstico y tratamiento es muy diferente si se presenta en un niño o en un adulto.

Cuando el problema surge desde el nacimiento se denomina ptosis congénita, la cual tiene el riesgo de que si el párpado obstruye el eje visual, el ojo puede manifestar ambliopía, es decir, oscurecimiento de la visión por falta de sensibilidad de la retina. Para entenderlo de mejor manera, recordemos que un niño aprende a ver en forma gradual y es entre los 3 y 4 meses de edad cuando es capaz de definir con exactitud cada una de las imágenes que aparecen ante él, pero es evidente que si uno de los ojos está bloqueado por el párpado su visión será deficiente o nula.

Este tipo de ptosis generalmente se origina por pobre desarrollo del músculo elevador del párpado y puede asociarse también a otras anomalías oculares y generales, por ejemplo, tumores o enfermedades musculares.

Hay más causas por las que este problema óptico puede desarrollarse a lo largo de la vida (puede se bilateral, es decir, afectar ambos párpados), siendo las más comunes golpes, heridas, tumores o por excesivo peso de los párpados como consecuencia de cambios producidos por la edad. Asimismo, no es raro que se desarrolle este problema después de una cirugía de cataratas, ya que ésta puede afectar al tendón responsable del levantamiento del párpado. Finalmente, aunque son casos raros, hay personas que desarrollan ptosis al cabo de muchos años de utilizar lentes de contacto rígidos.

¿Qué hacer?
Tras la caída de los párpados y la imposibilidad de subirlos, resulta obvio pensar en la dificultad para ver pero, además, es frecuente que en los niños haya presencia de tortícolis o posición anómala de la cabeza hacia atrás, ello por la necesidad de aprovechar el poco espacio que hay para que los ojos tengan la oportunidad de ver; cabe destacar que si esta postura se mantiene por mucho tiempo se pueden provocar alteraciones en el cuello.

El tratamiento más recurrente es quirúrgico, para lo cual el cirujano plástico responsable de la intervención deberá valorar las causas del problema, la edad del paciente y si el padecimiento afecta uno o ambos globos oculares; asimismo, verificará si existe estrabismo, es decir, desviación de uno de los ojos, lo que ocurre cuando los músculos oculares son forzados para obtener mejor punto de visión.

El médico deberá medir la magnitud de la elevación palpebral (del párpado) con una regla graduada, al llevar la mirada de abajo hacia arriba mientras se inmoviliza la ceja. A continuación, se hará el cálculo de la posición que deberá asumir el párpado en relación a la córnea después de ser intervenido y, posteriormente, se indicará donde debe realizarse la incisión en el párpado afectado.

La cirugía puede llevarse a cabo con anestesia local o general, y su objetivo principal es conseguir la simetría de ambos ojos mediante el estiramiento del tendón o músculo ocular afectado que imposibilita subir el párpado. Sin embargo, de no procederse de manera precisa existe el riesgo de que el párpado operado tenga una posición más alta que el normal, lo que a menudo genera que el ojo no cierre completamente, sobre todo al momento de dormir, dejando parte de la córnea expuesta, lo que puede ocasionar ojo seco e incluso pérdida de pestañas; en estos casos, el médico indica masajes muy cuidadosos en la zona, de manera que el tendón afloje ligeramente para que el párpado pueda bajar de manera normal.

En ocasiones se puede efectuar en la misma intervención una blefaroplastia, es decir, cirugía estética de los párpados cuyo fin es eliminar el exceso de piel y grasa de la parte superior e inferior de esta región.

Vale la pena señalar que aunque la caída de los párpados se presente a edad avanzada es importante corregirla, antes de que el paciente afectado empiece a ver las líneas rectas como curvas u onduladas, o tenga visión borrosa.

Los párpados son la piel más delgada del organismo y cumplen con una misión muy importante: proteger a los ojos de las agresiones ambientales y ayudarlos a conservar su humedad. Por si fuera poco, juegan también destacado papel estético, pues de no tener la flexibilidad que su función exige, provocarían desagradable apariencia al cubrir casi por completo el globo ocular dando aspecto de cansancio y fatiga. La oportuna intervención evitará éste y otros problemas mayores relacionados con la visión.

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